El zarzo era la dependencia de la casa donde se solían pilar y secar las castañas. Hoy, y gracias a una excelente restauración, se ha venido a convertir en un alojamiento cálido y confortable que invita al sosiego y al descanso. Sus habitaciones, luminosas y abuhardilladas, ofrecen al vistante un espacio lleno de autenticidad, con el encanto añadido de unas coquetas vistas al patio interior, con sus arriates y su magnolio. Un alojamiento, en definitiva, concebido para la tranquilidad y el reposo.
Dormitorios: 2
Camas: 2 individuales, 1 matrimonio, cuna opcional
m2: 75 aprox.
Con: Salón, comedor y cocina, comparten en esta casa un amplio espacio en torno a la chimenea. Calefacción eléctrica en todas las habitaciones. Baño completo. Patio interior.
Nº de registro: AR/HU00094